Cómo aprovechar el espacio en las cocinas en L

¿Tienes una cocina en forma de L y estás buscando maneras de aprovechar al máximo espacio? Debido a su diseño funcional, las cocinas en L son bastante populares. Y, aunque no siempre es fácil optimizar cada rincón, con la planificación adecuada, pueden ofrecer numerosas ventajas.

Por eso, en este artículo, queremos darte algunos consejos para transformar tu cocina en un espacio organizado y estilizado. Desde la distribución estratégica de los electrodomésticos hasta el aprovechamiento de las esquinas y la elección de la iluminación adecuada

Consejos para aprovechar el espacio de las cocinas en L

Para que cocinar resulte más agradable y podamos movernos cómodamente por nuestra cocina,  es fundamental aprovechar al máximo el espacio y tener en cuenta todos los detalles relacionados con la distribución.

Una labor que requiere de creatividad y una planificación inteligente, pero con estos consejos, no sólo conseguirás que tu cocina en L sea más cómoda, sino además convertirla en el alma de tu hogar.

1. Distribución estratégica

Ubica la hornilla, el fregadero y la nevera en un triángulo cercano para facilitar el flujo de trabajo. Imagina que estás cocinando y necesitas ir del fregadero a la hornilla. Con un diseño eficiente, no necesitarás realizar tantos esfuerzos. Coloca la hornilla cerca de la zona de preparación de los alimentos y asegúrate de que haya espacio suficiente entre ellos.

Si tu cocina es lo suficientemente grande, puedes añadir una isla central. De esta forma, podrás contar con espacio adicional para preparar alimentos y almacenar alimentos o menaje. Aprovecha los rincones de la L para incluir electrodomésticos integrados, como un horno o una vinoteca.

2. Aprovechamiento en vertical

A la hora de aprovechar el espacio en cocinas en L, las paredes se convierten en grandes aliadas. Coloca estantes flotantes o armarios que lleguen hasta el techo. De esta forma, no sólo estarás añadiendo espacio de almacenamiento, sino que además, los techos parecerán más altos, creando una mayor sensación de amplitud.

Además, puedes utilizar ganchos y barras para colgar utensilios, ollas y sartenes en las paredes, lo que liberará espacio y, al mismo tiempo, añadirá un toque decorativo.

3. Rincones estratégicos

Las esquinas en las cocinas en L pueden ser un auténtico reto, pero bien planificadas, podemos ampliar considerablemente nuestros espacio de almacenamiento. Pero también puedes optar por estantes giratorios o cajones extraíbles para acceder fácilmente a los elementos almacenados en las esquinas. Además, valora la opción de instalar una despensa en una esquina.

4. Iluminación

La iluminación es un aspecto clave para realzar el conjunto y hacer que la cocina parezca más grande. Combina la iluminación ambiental con lámparas colgantes estratégicamente situadas sobre la isla o la mesa de comedor. La iluminación en capas creará un ambiente más acogedor y destacará la personalidad de tu cocina.

Además, si tienes espacio sobre los gabinetes, también puedes instalar tiras LED para iluminar los techos. De esta forma, podrás añadir un toque de modernidad e iluminar visualmente la parte superior de la cocina.

5. Estilo personalizado

No olvides añadir toques decorativos que reflejen tu estilo. Elige tiradores y grifos elegantes que complementen el diseño general, y añade plantas o elementos decorativos en las repisas para darle vida a tu cocina. Además, si tienes espacio, crea una pequeña área de desayuno o café para aprovechar cada rincón.

6. Los mejores colores para cocinas en L

La elección de los colores juega un papel crucial a la hora de crear una sensación de amplitud y luminosidad. El secreto está en encontrar el equilibrio entre los colores para crear un ambiente lo más acogedor posible. Prueba con combinaciones que se adapten a tu estilo personal y que favorezcan la sensación de amplitud en la cocina en L.

  1. Tonos claros: opta por colores claros que reflejen la luz y hagan que el espacio parezca más grande, como el blanco, el crema o los tonos suaves de gris.
  2. Contraste sutil: incluye un contraste sutil con toques en tonos más oscuros. Por ejemplo, puedes utilizar detalles en gris oscuro o azul marino para añadir profundidad sin restar luminosidad.
  3. Monocromático: mantén una paleta de colores monocromática para crear una sensación de cohesión y fluidez en el espacio. De esta forma, evitarás la sensación de fragmentación visual.
  4. Pinceladas de colores vivos: añade toques de color en accesorios o elementos decorativos para crear puntos de interés sin saturar el espacio. Por ejemplo, plantas verdes o detalles en colores vivos.
  5. Materiales reflectantes: los materiales con acabados brillantes o reflectantes, como azulejos brillantes o electrodomésticos de acero inoxidable ayudan a maximizar la reflexión de la luz, creando espacios más luminosos y visualmente más amplios.

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