La cocina es una de las estancias de la casa que más nos cuesta cambiar y quizás sea por eso por lo que cuando por fin nos decidimos a hacerlo, queremos que el resultado sea perfecto. Para ello, tenemos que tener en cuenta desde la renovación de las instalaciones hasta la distribución y colocación de los muebles. Sólo así conseguiremos tener una cocina más bonita y práctica para que, además de sentirnos a gusto, todo nos resulte más cómodo.
¿Qué tener en cuenta a la hora de reformar una cocina?
Uno de los factores que debemos tener más en cuenta a la hora de reformar la cocina es los resultados que queremos lograr. No es mala idea darse una vuelta por las redes sociales para tomar algunas ideas que nos sirvan de inspiración para diseñar la cocina de nuestros sueños. Lo que queramos cambiar dependerá de nuestras preferencias, pero también de nuestras necesidades y del uso que vayamos a darle.
Los cambios que llevamos a cabo en las cocinas se suelen pensar a largo plazo, ya que no es habitual reformarlas cada poco tiempo. Por este motivo, es fundamental que escojamos materiales y opciones de calidad que sean duraderos. Si no podemos permitirnos una reforma integral, algunas veces con sólo cambiar algunos elementos como la encimera, es posible lograr resultados increíbles.
1. Tener una idea clara de lo que queremos antes de iniciar la reforma
Es fundamental, determinar cuáles son nuestras necesidades reales para conseguir la cocina más adecuada para el uso que vamos a darle. Obviamente, no es lo mismo cocinar todos los días que hacerlo solamente los fines de semana. Para tener las cosas claras, ve a la cocina y ve anotando todo lo que te gustaría tener y valora si es necesario hacer una reforma integral o si hay partes que pueden simplemente arreglarse o cambiarse. ¿Qué parte es la que necesita más cambio?
2. Una adecuada planificación
Para visualizar los cambios, es recomendable que hagas un plano donde puedas ver con claridad cómo quedará todo, especialmente si no cuentas con mucho espacio. En el plano deben incluirse las paredes, el mobiliario y los electrodomésticos, pero también es buena idea marcar las tomas de luz y de agua, de manera que podamos valorar si necesitamos cambiarlas en caso de que vayamos a hacer una reforma integral.
En una cocina rectangular y estrecha, lo más aconsejable es colocar muebles solamente en un frente. Si es amplia y rectangular, puedes poner muebles en las dos paredes enfrentadas. Si es cuadrada o rectangular, podemos decantarnos por una distribución en “L”. Incluso si cuentas con espacio suficiente, en “U”. Además, una isla puede resultar de gran utilidad para aprovechar el espacio del centro.
Por cuestiones de seguridad y comodidad, es recomendable colocar los armarios superiores a 20 o 35 cm de profundidad y a 1,40 m del suelo. Lo ideal es dejar unos 50 cm entre ellos y la encimera. En cuanto a los muebles bajos, deben contar con unos 60 cm de fondo y 90 cm de altura. Lo ideal es que la encimera tenga una altura de entre 90 y 100 cm. Además, para que puedas cocinar cómodamente, es recomendable que dejes unos 40 cm libres a cada lado de la zona de cocción y de la de lavado. Entre las zonas de lavado y cocción deja al menos 45 cm.
3. Escoge los materiales
Escoger muebles y materiales de calidad es cierto que es más caro, pero a largo plazo es la opción más acertada. Piensa que la cocina tiene mucho desgaste diario. Debemos elegirlos antes de comenzar la obra para tener todo previsto.
Lo mejor es apostar por aquellos que se limpien con cierta facilidad, especialmente los que estén próximos al fuego y a zonas de agua. En este sentido, las planchas de vidrio y acero y los azulejos son las mejores elecciones. En el caso de que quieras poner papel pintado o fotomurales, es mejor dejarlos para zonas de menos uso.
En lo que respecta a las encimeras, el granito y el silestone son siempre un acierto, ya que son materiales duraderos, resistentes e impermeables.
4. Distribuye bien los espacios
Es importante que aproveches muy bien el espacio y que los distribuyas todo de manera que puedas moverte con facilidad y que sea eficiente en el día a día. Puedes coger ideas de revistas de decoración y de Internet. Una cocina bien organizada tiene que estar subdividida en tres áreas que estarán ubicadas en los vértices de un triángulo imaginario, lo que se conoce como “triángulo de trabajo”. Son la zona de almacenaje, de lavado y cocción. Si tienes en esto en cuenta, evitarás muchos desplazamientos innecesarios.
5. Una buena ventilación
Mantener la cocina bien ventilada es esencial para reducir los malos olores y los contaminantes y evitar que la grasa se acumule en las paredes. Para ello, es recomendable instalar un ventilador o un sistema de ventilación para activarlo mientras cocinas. Ten en cuenta que cada vez que se cocina, se liberan contaminantes naturales como el humo, el aire, la humedad, la grasa y los productos derivados del gas con el que se cocina. Si estos contaminantes se mantienen en el aire, quedan atrapados en las superficies de la cocina.
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